Fearless never, bold always. Sin miedo nunca, audaz SIEMPRE.

Me tomó mucho tiempo, poder escribir este post, y es que no encontraba las palabras adecuadas que describieran mi experiencia en el Taller “Foundation” había tantos sentimientos encontrados que me fue muy difícil poder describirlo.

Después de varios años de querer ir al que llaman el mejor, o al menos, uno de los mejores talleres de Fotografías de Bodas en el mundo, finalmente tuve la oportunidad en el 2014 de viajar a Glen Rose, Texas al taller Foundation número 12. Estaba ansiosa y lista para aprender nuevas cosas, darlo todo y probarme a mí misma.

Recuerdo haber llegado dispuesta a todo, con mi corazón y ojos bien abiertos, humilde y dispuesta a vivir al 100% la experiencia… bueno, fallé… fallé muchísimo; al menos eso fue lo que sentí el último día del taller. Deambulaba por los pasillos como una fracasada, sin haber logrado mi objetivo, sentía que no me había esforzado lo suficiente para lograr “la foto”. Deseaba con todas mis fuerzas escapar, o simplemente que la tierra me tragara, no quería llegar al cierre del taller y mucho menos que alguien viera mis fotos finales.

Fué una auténtica tortura estar ahí sentada, viendo foto tras foto, (todas maravillosas), todos aplaudiendo, gente vitoreando, y yo pensando, “por favor, que nadie vea las mías” sientiéndome tan pequeña, y no lo suficientemente buena como para ganarme un lugar ahí.

Fueron las palabras de Tyler Wirken las que me ayudaron a sobrevivir la noche; “no todo lo que brilla es oro” me dijo, poniéndome todo en perspectiva, me di cuenta que la verdadera razón de mi sufrimiento era mi ego, el cual había recibido un gancho al hígado. Mi ego había sido golpeado, y muy duro!

Regresé a México “creyendo en el proceso”, pensando que el verdadero aprendizaje es en el día a día y que poco a poco me irían “cayendo los veintes”. La gente a mi alrededor me dijo que el taller me había roto, que algo dentro de mí se había desmoronado y que ya no era la misma.

Y sí, de repente empecé a ver las cosas de manera diferente, lo que mis ojos veían no era lo mismo, lo cual resultó muuuy útil para mis imágenes, pero no para mi vida, la cual se derrumbó, o derrumbé.

La vida ya no se veía como antes; mis días transcurrían sin notarlo, parecía una especie de muerte en vida, donde todo lo hacía en automático, sin vivir realmente. Ya no quería salir, ni siquiera tomar fotos, para qué? si nunca llegarían a ser tan buenas como podrían ser. Mis fotos jamás serían perfectas.

Depresión, es una palabra fuerte, que no crees lo grave que puede llegar a ser hasta que se vive en carne propia. Recuerdo haberle pedido ayuda a mi esposo, estaba preocupado, pero no sabía realmente como ayudarme, el sólo me decía: “ya no estés triste, quiero a mi esposa de vuelta” le dije que no era tan simple como empezar a pensar positivo, o si?

Y así fue, cansada de sentirme de la patada, me detuve. Recuerdo que un día me levanté me miré al espejo y declaré para mi misma que ese día sería feliz, y pensaría positivo… poco a poco, las cosas empezaron a cambiar para bien, no fue magia, pero sin duda logré salir de ese hoyo negro.

Si tuviera la oportunidad de volver a vivir la vida, no cambiaría nada, incluso esta experiencia. Aprendí mucho, en un sentido oscuro y doloroso me encontré a mi misma, luché contra mis demonios, y me gustaría pensar que gané la batalla (porque la guerra nunca acaba).

¿Soy alguien que no tiene miedo? La respuesta es no, el tener miedo es un estado natural para mi, el cual me dice que estoy viva y preparada para lo que venga, pero ser Audaz? Por supuesto! por que sé de lo que soy capaz y estoy muy segura de que soy bastante buena en mi vida., que ¿cómo lo sé? Oh! si lo sabré! Hay una super Diana viviendo dentro de mí, (la verdad es que todos tenemos un súper dentro) esperando a salir cuando se necesita.

Hoy vivo mi vida de manera feliz, trato de no ser muy dura conmigo misma, tomo fotos de la mejor manera que sé y puedo, nunca me detendré porque es mi pasión, y amo lo que hago. Cosas como el estilo o la perfección son cosas que no me molestan más, la vida es muy corta como para pensar en nimiedades. Realmente vivo pensando en que cada día podría ser mi último, y me siento agradecida cuando abro los ojos por la mañana, lista para vivir un nuevo día.

Por último pero no menos importante, agradezco a todo el staff de Foundation Workshops y a toda la comunidad Fearless, especialmente a Huy, Sergio, Tyler y David, de verdad que ustedes son otra onda, excelentes personas y maestros.

La foto de abajo es una de las que tomé durante el curso, estuve con una familia maravillosa que me acogió como si fuera parte de ellos. Gracias enormes por dejarme retratar la belleza de la vida.

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